Abriendo la procesión se encontraba la Banda Ntra. Sra. de Torrealba, sirviendo sus sones para orientar a los jóvenes adolescentes que portaban el paso de la Dolorosa de la Esperanza ante la Caridad del Padre.
Las grandes torres cacereñas sirven de columnas que se integran en el paso del Señor de las Penas que, majestuoso, entra en cada plaza como Rey de reyes, consolando a los débiles y amparando a todos los que han perdido la esperanza.
Luces pero sobretodo sombras se descubren la bellísima talla de Pedro de la Cuadra. Coronado de espinas y con una caña apretando el nudo con que lo atan, da una lección de fe, de templanza, acepta su destino conociendo que tras la Pasión llega la Resurrección, el fin del sufrimiento y la gloria eterna.
Galería fotográfica
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