Tras unas semanas, más concretamente desde el 1 de septiembre, repletas de actividades culturales y de obra social, llegó el ansiado fin de semana de la Bendición de María Santísima de la Estrella. En primer lugar, aunque estaba todo preparado, la presencia de la lluvia en la jornada del sábado en el momento justo del inicio del pasacalles obligó a modificar la primera parte de la Gala "Para una Estrella" y suspender el resto del concierto. Por ello, al menos, todas las bandas participantes pudieron interpretar un par de marchas en la arquería del Ayuntamiento en la Plaza Mayor. Desde estas líneas agradecemos enormemente la predisposición y el esfuerzo realizado por dichas bandas:CC.TT. Jesús Nazareno de Trujillo, A. M. Oliva de Mérida, CC. TT. Sones de Pasión de Cáceres, A. M. Jesús Nazareno de Jerez de los Caballeros, CC. TT. Humilladero de Cáceres y la A. M. Expiración de Salamanca.
Del mismo modo, es justo reconocer la labor de los voluntarios de la Hermandad, quienes desmontaron todo el dispositivo de la Plaza de Santa María bajo una intensa lluvia y llevaron todas las tapas y montaditos que estaban preparados a los hermanos de la Cruz Blanca y a distintos comedores sociales de Cáceres.
Y con esto llegó el momento tan esperado de la Solemne Bendición de la imagen de María Santísima de la Estrella. A las 19.00 horas dio comienzo la Misa Estacional presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Coria-Cáceres, D. Francisco Cerro Chaves, y concelebrada por el Delegado Diocesano de CC. y HH., D. Juan Carlos González del Cerro, O.P.; fray José María Morán Arrojo, OFM, Guardián de la Fraternidad Franciscana San Antonio de Padua y Director Espiritual de la Hermandad; D. Miguel Ángel Morán, Rector del Seminario Diocesano; D. José María Hoyos, Director Espiritual de la Unión de Cofradías; fray Restituto, fraile de nuestra Fraternidad; fray José Arenas, Guardián de la Fraternidad Franciscana de Mérida y nuestro querido fray Isidro Moruno, OFM. Al servicio del Altar y del Sr. Obispo estuvieron los seminaristas de Coria-Cáceres junto con los acólitos del Grupo Joven de la Cofradía. Ilustró musicalmente el Coro de la Universidad de Extremadura, dirigido por D. Francisco Rodilla; el tenor Alonso Torres y el dúo de cuerda Armoniex.
Al finalizar la Comunión llegó el momento de las intervenciones, comenzando con una representación del Grupo de Costura quienes querían expresar con palabras su trabajo y amor a la Virgen y a la Cofradía. Tras ellas, las madrinas de la Bendición, la Cofradía de la Virgen de la Montaña y la Hermandad de la Estrella de Sevilla, quienes entregaron un regalo a la Stma. Virgen de la Estrella: una medalla de la Virgen de la Montaña y una réplica de la mariquilla de la Estrella de Triana. Por su parte, nuestra Hermandad les correspondió con un cuadro de nuestra Virgen y con una estrella igualmente réplica de las que lucía María Stma. de la Estrella en la Bendición. Finalizaron las intervenciones con el Mayordomo entregando unos recuerdos al escultor de la imagen de la Virgen, José Antonio Cabello; al vestidor, José Manuel Valencia; al Sr. Obispo, Seminario Diocesano y Guardián de la Fraternidad.
En el cóctel de honor que posteriormente se sirvió en el Claustro de Santo Domingo decorado con las fotografías de distintas hermandades de la Estrella de España se entregaron recuerdos a las distintos sacerdotes y cofradías presentes, tanto de Cáceres como de otros puntos de España, a saber: Hermandad de la Estrella de Los Santos de Maimona, Hdad. de la Estrella de Toledo, Hdad. de la Estrella de Coria del Río, Hdad. de la Estrella de Palomares del Río, Hdad. de la Estrella de Ayamonte, Hdad. de la Estrella de Vélez-Málaga, Hdad. de la Estrella de Navas de San Juan, Hdad. Jesús Despojado de Salamanca, Hdad. Socorro de Rociana del Condado, Grupo Joven de la Hdad. de San Bernardo de Sevilla y A. M. Expiración de Salamanca.
María Santísima de la Estrella lucía para su Bendición su terno compuesto por manto turquesa bordado en aplicación de plata y saya jacinto a juego, confeccionado por el bordador hispalense Mariano Martín Santonja; la corona y puñal a juego del orfebre Joaquín Ossorio; distintos rosarios como el regalado por el Grupo Joven de la Hdad. y el de su camarero; estando compuesto su tocado con distintas piezas de su ajuar: tul bordado, dos piezas del encaje tambor y un encaje Battenburg, todo ello del s. XIX, con puños de encaje duquesa decimonónicos y pañuelo de encaje de Normandía, luciendo en su pecho y sardineta distintas alhajas regaladas por hermanos. Sobre sus sienes hasta el momento de su coronación lucía una bella corona de flores naturales realizada por N/H Pedro Luis García a base de rosas ramificadas, bouvardia e hypericum.
El Retablo de Bendición se disponía con el nuevo Dosel de terciopelo y damasco realizado por el Grupo de Costura en lo alto con el Trono vacío de María Santísima entre candelería prestada por la Cofradía de los Ramos y del Socorro de Rociana. A los lados de María Santísima dos doseles auxiliares de tamaño académico igualmente realizados por el Grupo de Costura con mesas pintadas por N/H Juan Avís Pañero con escenas de la Tranfiguración del Señor (en representación de la Función del Señor de la Salud que se celebra ese domingo) y de la Inmaculada Franciscana. Sobre las mesas los Arcángeles Miguel y Rafael, cedidos junto a la casulla del Sr. Obispo y el paño de ambón por las clarisas del Monasterio de San Pablo. El Altar Mayor, puesto que sobre el de la Iglesia iba la Virgen sobre la peana de procesión de Ntra. Sra. de la Esperanza, era el que Félix Granda realizó para la Virgen de la Montaña en madera y bronce, estaba sobre una plataforma realizada ex-profesa cubierta por los telones de la Cofradía del Nazareno y los reposteros de la Cofradía de los Estudiantes. Las ánforas más cercanas a la Virgen, cedidas por la Cofradía de la Expiración, se presentaban con rosas talea y la belle, calas rosas, hypericum, bouvardia y nardos. El resto de flores que decoraban el presbiterio eran liliums, rosas, nardos, eucalipto, helecho de cuero, aralia... Completaba la decoración del Templo las seis grandes ánforas de plata de la Virgen de la Montaña con nardos, liliums, rosas, statice, limonium... y sendas colgaduras de terciopelo en las columnas realizadas por el Grupo de Costura. Igualmente en el atrio, pese a las inclemencias meteorológicas que no permitieron colocar telones y colgaduras, sí lució un friso en la puerta del Templo y centros por todo el atrio.
Para el Besamanos María Santísima de la Estrella lució pecherín de encaje Mirecourt del s. XIX así como las distintas joyas regaladas en la Bendición: las de las madrinas; una medalla de la Estrella de Las Navas de San Juan; rosario de la Estrella de Coria del Río; medalla de la Hermandad de la Estrella de Ayamonte; cruz pectoral de Jesús Despojado de Salamanca, así como el pectoral donado por el Sr. Obispo. El Altar de Besamanos tuvo la bella particularidad para los hermanos de la Cofradía que al estar en él también el Señor de la Salud, quien lucía también con sus mejores galas: túnica de terciopelo púrpura, cíngulo y potencias de plata y el encaje de Bruselas del s. XIX, pudimos ver por fin a nuestros dos Titulares juntos: el Hijo por fin junto a su Madre.
Con todo esto, tan sólo queda agradecer a los hermanos su esfuerzo y trabajo en pro de María y de la Hermandad; a todas las cofradías que nos han cedido sus enseres para ennoblecer nuestros retablos de culto; a todas las cofradías venidas de distintos puntos de España para acompañarnos en estos momentos de alegría; a la Fraternidad Franciscana por su colaboración; al Sr. Obispo, Delegado Diocesano de Cofradías y el Seminario Diocesano, especialmente al amigo seminarista y cofrade Ricardo Fernández por su inestimable ayuda en muchos aspectos, a las madrinas de la Bendición por su cariño; a las instituciones públicas de Cáceres por su colaboración... en fin, a todos gracias y enhorabuena puesto que ha sido trabajo de todos.
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