
TRIDUO SANTÍSIMO CRISTO DE LAS BATALLAS
(27, 28 y 29 de marzo de 2019)
Por la señal de la santa Cruz…
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Mediador y Salvador nuestro, que nos manifiestas la gran misericordia del Padre para con todos los hombres, queremos expresarte nuestra admiración y agradecimiento, porque cargaste con nuestras culpas y nos rescatases en el madero de la cruz. Nos pesa mil veces nuestras ofensas Y el pecado que nos domina y rogamos nos concedas una verdadera conversión. Quisiera, Santísimo Cristo de las Batallas, que nuestras plegarias, nacidas de lo hondo de nuestro ser, pudieran llegar a Ti. Os ofrecemos con todo fervor este santo ejercicio del Triduo y confiamos en que con la intercesión de tu Madre amorosa, María Santísima de los Dolores prestes favorable acogida a nuestras súplicas librándonos de éste mal que nos asola, para que merezcamos después el consuelo de participar en la gloria de los méritos de vuestra Pasión Santísima.
Amén.
Oración para todos los días
Señor:
En tu mano está el destino de cada uno de nosotros, tú eres dueño de nuestra historia y dador de todo bien. Tú eres aliento y fuerza en nuestros trabajos, tú colmas de sentido todo nuestro esfuerzo. Tú aportas a nuestro quehacer lo mejor de ti mismo, tu Hijo Jesús, que, en la Iglesia, nos permite disfrutar de su presencia y da fuerza y sentido a nuestra vida. Queremos pedirte tu Espíritu, (y la gracia de...) Haz que sepamos contemplar tu obra en nosotros, despierta en todos la generosidad, impulsa nuestra disponibilidad e ilusión, para crear un futuro lleno de esperanza. Conviértenos a Ti, y haz que se cumplan nuestros legítimos proyectos. Que nunca perdamos la esperanza. Amén.
DÍA PRIMERO
Del Evangelio según San Juan 18, 36-38. 19, 14-15. «Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que no fuera entregado a los judíos.
TRIDUO SANTÍSIMO CRISTO DE LAS BATALLAS
(27, 28 y 29 de marzo de 2019)
Pilato le dijo: ¿Luego tú eres Rey? Jesús contestó: Tú lo dices: yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz. Pilato le dijo: ¿Qué es la verdad? (...) Era la Paresceve de la Pascua, hacia la hora sexta, y dijo a los judíos: He ahí a vuestro Rey. Pero ellos gritaron: Fuera, fuera, crucifícalo. Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey voy a crucificar? Los pontífices respondieron: No tenemos más rey que el César».
¡Oh, Cristo de Las Batallas!
Ayúdanos a reconocer la presencia de Dios en nosotros mismos, en todo lo que nos afecta y en todo lo humano. Intercede por nosotros ante el Padre en esta necesidad. Que Él convierta nuestros corazones para acoger como Tú a la humanidad doliente, salir al encuentro de nuestros hermanos y construir el Reino con ellos. Amén. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria...)
DÍA SEGUNDO
Del Evangelio según San Juan 19,16-17
«Entonces Pilato se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús; y él, con la cruz a cuestas, salió hacia el lagar llamado de la Calavera que en hebreo se dice Gólgota» ¡Bondadoso Señor, Cristo de Las Batallas! Tú, que oyes nuestras súplicas, haznos ver la luz, tu luz. Que la oscuridad de nuestros interrogantes, quede iluminada por la luz de tu Verdad. Te lo pedimos a ti que, resucitado, vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria...) DÍA TERCERO
Del Evangelio según San Lucas 23, 26
«Cuando le llevaban echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que lloraban y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos, porque he aquí que vienen días en que se dirá: dichosas las estériles y los vientres que no engendraron y los pechos que no amamantaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: caed sobre nosotras; y a los collados: sepultadnos; porque si en el leño verde hacen esto, ¿qué se hará en el seco?»
¡Oh, Buen Jesús, Cristo de Las Batallas! Toma nuestro corazón y pon en él tu gracia. Toma nuestro esfuerzo y danos tu lealtad.
TRIDUO SANTÍSIMO CRISTO DE LAS BATALLAS
(27, 28 y 29 de marzo de 2019)
Construye nuestra vida, fortalece la fe, anima nuestra esperanza. Sabemos, Señor, que todo en ti es don, que tú eres nuestra riqueza. Sé ánimo en nuestro cansancio y apoyo en nuestro peregrinar de cada día. Que, como María, tu madre, guardemos las cosas importantes en nuestro corazón y así, desde el silencio y la contemplación, nos dejemos interpelar por ellas y, como Ella, aprendamos a mirar todo desde Dios. Amén.
(Padre Nuestro, Ave María, Gloria...)
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
¡Señor Jesús, Cristo de Las Batallas!
Te damos gracias, porque tú siempre liberas, porque de ti procede la misericordia y desde ti podemos realizar la nueva fraternidad. Envíanos tu Espíritu, que nos ayude a acoger y a servir a todos. El espíritu de sabiduría e inteligencia, consejo y fortaleza, ciencia y piedad. Reaviva en nosotros la ilusión, haznos vivir en sintonía y concédenos aceptar tu voluntad y manifestar con nuestras vidas tu presencia "entrañable" entre los hombres. Amén
ORACIÓN Señor Dios, que eres el centro de nuestra vida, da sentido a lo que hacemos. Que el encuentro con tu Palabra, ilumine nuestras opciones y cargue de esperanza nuestros trabajos. Danos tu luz, para que nuestra mirada se convierta en mirada de Dios, mirada de compasión y de ternura hacia todos los hombres. Amén. Oración del papa Francisco a la Virgen María
Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
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