2022, ¿el año del verduguillo y los capuchones?


Acaba otra Semana Santa en blanco en lo que a procesiones en las calles se refiere. No así en los provechosos actos que nuestras hermandades han celebrado en el interior de los templos, destacando sobremanera el Vía Crucis de la Cofradía de la Santa y Vera Cruz que ejerció de Madre y Maestra conjugando con la oración, fraternidad con el resto de hermandades, excepcional música de Manu y Marcos Sellers, iluminación... o el precioso altar de cultos de la Cofradía del Humilladero, con sus cuatro imágenes en tres espacios y poniendo en escena gran parte de su patrimonio, con el sabor a despedida del Cristo del Humilladero antes de la restauración y con la alegría del reencuentro con nuestro Hermano Ricardo (hay que decir que hubo más actos y altares destacados y que han supuesto un esfuerzo muy importante de todas las hermandades, pero para mí personalmente, por todas estas connotaciones mencionadas, estos fueron los que más me gustaron y como bien dice el dicho, para gustos, colores).

Pues bien, tras esta Semana Santa diferente a la vez que esperanzadora, en la que comienza a verse la luz al final del túnel gracias a la vacunación volvemos a encontrarnos con la pregunta de si volverá la Semana Santa a las calles en 2022. La verdad que no está ni medio claro de momento y solo el tiempo y el buen hacer a nivel sanitario, tanto por parte de las instituciones como de la población en general permitiría volver a soñar con vivir la pasión en los exteriores de los templos.

Hace unos días, en la ahora lejana y fronteriza ciudad de Sevilla especialistas sanitarios (que además acertaron en sus predicciones de 2021) apuntaban que la Semana Santa 2022 sería el año de las parihuelas, pues aun ven inviable que el año que viene puedan meterse los costaleros debajo de los pasos, en un espacio tan reducido y compartiendo el aire y el ambiente bajo las trabajaderas. Sin embargo, la gran mayoría de nuestros pasos, exceptuando los tres que actualmente procesionan a costal junto con el nuevo del Despojado que lo hará a falso costal, son portados a hombros, en el exterior e incluso fueron cargados en el pasado con una distancia entre "portadores" mayor de lo que se hace actualmente y con menor número de hermanos de carga.

En este punto entra en juego un elemento que aunque ha sido seña de identidad de hermandades como Batallas, Amparo, Expiración, Amor, Condenado y parcialmente (miércoles) Humilladero, en otras ha supuesto un debate en los últimos años sobre lo apropiado de su introducción. Se trata, como titulaba este artículo, del verduguillo, ese elemento tan denostado por los que vienen a lucirse y que podría ser tan importante para poder sacar a hombros nuestros pasos en 2022 con mayor seguridad ya que, unido a una mascarilla interior evitaría por completo la salida al exterior de aerosoles evitando del mismo modo el contagio. Pero no solo es un elemento para los hermanos de carga, sino que también se hace de vital importancia en el resto del cortejo, pues supone evitar, aunque se esté al aire libre, de evitar estos contagios.

Quizás esta reflexión pueda parecer forzada, pero desde luego tiene su motivación en la necesidad de que el silencio, el recogimiento y la oración personal, así como la penitencia anónima se hagan más presentes en nuestra Semana Santa, haciéndola crecer aun más con este elemento del atuendo cofrade que viene siendo reclamado por muchos en los últimos años y uniéndola a la necesidad de la pandemia. Y en caso de que se incorporen, ¿llegarán para quedarse?

Desde luego, es el momento de empezar a pensar y preparar la Semana Santa del año que viene para evitar las siempre incómodas improvisaciones, de acciones preparadas días antes con la vieja excusa de que no ha habido tiempo para preparar la Semana Santa. Ni los verduguillos se pueden hacer de un día para otro, ni los estatutos se cambian en dos días, ni las parihuelas, si se necesitan, se hacen dignamente de un día para otro.

Desde aquí, os animamos a que nos contéis a través de nuestras redes sociales o mediante comentarios a este post cómo veis la Semana Santa de 2022, qué pensáis de los verduguillos y este artículo, de las parihuelas y de todos estos temas que se hacen candentes en esta semana posterior a la Pasión de 2021.





julian

1 comentario:

Dani dijo...

De aquí a entonces pueden pasar muchas cosas.

Pero la tendencia es de mejora y de estar en una normalidad casi absoluta, con lo que de podría procesionar. Claro está, que no se ve el futuro, pero es la previsión.

Si no se pueden sacar los pasos a costal, tampoco se podrán sacar a hombros, ya que eso indicaría que no se ha evolucionado como está previsto, y el riesgo de una modalidad y otra es similar (bastaría con hacerlo con PVR negativa).

Aún así, el mayor riesgo siguen siendo las aglomeraciones de gente (público) y no tanto el de los Hermanos.

El verduguillo o capuchón (de lo que soy absolutamente partidario) me temo que sólo serviría para disimular una mala utilización de la mascarilla (o su no utilización). Es algo que como sociedad ya lo hemos demostrado.

En definitiva, sólo nos queda esperar a esa normalidad casi absoluta, que personalmente creo, se alcanzará entre finales y comienzos de año.

El futuro es incierto, confiemos y seamos positivos.

(Muy interesante artículo 😉)